jueves, 8 de mayo de 2014

Mecánica de un milagro



Cierto día, Jesús estaba con sus discípulos y vio pasar a un ciego de nacimiento, uno de ellos le pregunto: Quien peco para que él o sus padres para que haya quedado ciego. El con mucha certeza les dijo: ni él ni sus padres pecaron, esto es para que se manifestara en el las obras de Dios” (Jn 9: 1-3).  La mayoría de cosas que pasan en la vida tiene un significado, algunos en mayor grado que en otros, pero todos son importante para la estrategia que Dios diseña en nuestra vida. Existen fenómenos minuciosamente planteados, para fortalecer la fe del creyente o en otros casos atraer a nuevos miembros. Todos tenemos derecho a un milagro sin importar el estado de gracia en que nos encontremos, pero el milagro muchas veces va más allá de conceder una petición, Dios en su infinito poder quiere demostrar su amor de Padre y fidelidad hacia sus hijos.
Un milagro nace de una necesidad, Dios permite que en nuestra vida lleguen a una serie de complicaciones (voluntarias o involuntarias) que afectas nuestra vida de forma negativa, creando una situación incómoda llamado problema. La siguiente etapa del proceso de solución del problema, la mayoría de veces buscamos solucionarlo nosotros mismo, cuando el problemas esta fuera de nuestro alcance casi siempre buscamos un tercero. Es aquí donde Dios entra ya que se encarga de demostranos a nosotros que solo él puede solucionar la difícil situación. Este proceso no es fácil, vencer el egocentrismo y reconocer que Dios lleva la dirección de nuestra vida, genera un procedimiento de prueba y error en donde descartamos variales (amigos, intelecto, dinero, etc.) que pueden ser opciones para resolver nuestra necesita. La siguiente etapa inicia con la búsqueda de Dios este proceso es el más importante de todo la mecánica, Dios cumple su objetivo principal: la reconciliación entre el hombre y su Dios, es en este período donde se concibe la comunión con el Creador (Oración-Adoración-Lectura Bíblica). La gracia es un fruto de la comunión con Dios y en su palabra dice: “Clama a mí y yo te responde y te mostrare como grande que no has visto” (Jeme 33:3), es clara la idea, ante la oración contante y directa, Dios concede a sus hijos las peticiones de su corazón, pero lo interesante de este versículo es la segunda parte, Dios nos dará más de lo esperamos, está es la etapa de la ¡obtención del Milagro!. El proceso continua con agradecimiento. El agradecimiento es el estado asertivo de la adoración cada día es un acto de amor del hijo a su Padre, es aquí donde el creyente fortalece su fe, hace suyas las promesas de Dios y sabe que puede contar con el siempre. La última etapa del proceso es el recuerdo, el creyente en su corazón guarda el favor que su Dios ha hecho por él y lo manifiesta a los demás las maravillas que Dios hizo con él y  sabe que el día en tenga otra necesidad volverá a invocar a su es su Redentor.

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